Algunos países europeos no estarían preparados para introducir un nuevo tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en la práctica clínica rápida
Los sistemas sanitarios de algunos países europeos carecen de la capacidad para que un tratamiento modificador de la enfermedad de Alzheimer pase rápidamente de la aprobación al uso clínico generalizado. Según un nuevo estudio de la Corporación RAND, este hecho podría dejar a 1 millón de personas sin acceso a un tratamiento transformador, si se produjese un gran avance de este tipo.
Los investigadores examinaron los sistemas sanitarios de Francia, Alemania, Italia, España, Suecia y el Reino Unido y valoraron los desafíos de infraestructura que enfrentarían estos sistemas, a partir de 2020, si se enfrentasen a un aumento del número de pacientes que solicitaran una detección sistemática para determinar si cumplen los requisitos para un tratamiento que podría prevenir o retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
El estudio reveló que el problema principal es la necesidad de especialistas médicos preparados para realizar diagnósticos a pacientes que puedan mostrar los primeros síntomas de Alzheimer y confirmar que sean aptos para un novedoso tratamiento, que podría evitar la evolución de la enfermedad y que derivase en la demencia completa.
Algunos países cuentan con muy pocos especialistas médicos y podrían necesitar formación adicional de los proveedores de salud para evaluar a los pacientes en la fase inicial de Alzheimer. Otro inconveniente es que hay muy pocas instalaciones (Hospitales de día) con capacidad para administrar tratamientos de infusión a los pacientes.
Se espera que la carga de la enfermedad de Alzheimer en los países de ingresos altos prácticamente se duplique entre 2015 y 2050. Los recientes resultados positivos de los ensayos clínicos hacen que se albergue la esperanza de que un tratamiento transformador de la enfermedad pueda estar disponible para su uso habitual en pocos años.
«Aunque hay un esfuerzo continuo por desarrollar tratamientos para frenar o bloquear la evolución de la enfermedad de Alzheimer, se ha trabajado menos para preparar a los sistemas médicos de los países», dijo Jodi Liu, autora principal del estudio e investigadora de políticas en RAND, un centro de investigación sin fines de lucro con sede en Estados Unidos. «Si bien no hay certeza de que pronto se apruebe un tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, nuestro trabajo indica que los líderes europeos en asistencia sanitaria deberían empezar a pensar en cómo responder en caso de que se produzca un gran avance en esta enfermedad».
Los investigadores analizaron cómo un nuevo tratamiento podría ser un desafío para los sistemas sanitarios actuales de los seis países examinados. El análisis se centra en la provisión de especialistas en demencia, las herramientas de diagnóstico utilizadas para identificar las anomalías cerebrales de Alzheimer, y el acceso a los Hospitales de día que ofrecerían el tratamiento (tratamiento en infusión).
El informe de RAND estima que hasta 1 millón de pacientes con deterioro cognitivo leve de los seis países podrían desarrollar Alzheimer mientras esperan recursos de evaluación y tratamiento durante las dos décadas posteriores a la aprobación de un tratamiento contra la enfermedad de Alzheimer.
El análisis de RAND prevé que se apruebe un tratamiento para su uso a partir de 2020 y que la detección sistemática comience en 2019, aunque los investigadores destacan que la fecha fue elegida sólo como una hipótesis para el modelo, no como una predicción de cuándo se puede aprobar un tratamiento contra la enfermedad de Alzheimer.
El estudio estima que, en tal situación, alrededor de 7,1 millones de personas con deterioro cognitivo leve solicitarían un diagnóstico por parte de un especialista. Después de las evaluaciones de seguimiento y las pruebas de biomarcadores, el estudio estima que 2,3 millones de personas de los seis países podrían ser candidatas para recibir dicho tratamiento.
El análisis indica que los sistemas sanitarios de algunos de los países europeos tienen una capacidad insuficiente para diagnosticar y tratar la gran cantidad de pacientes con enfermedad de Alzheimer en fase inicial. Los tiempos de espera previstos varían desde los cinco meses para el tratamiento en Alemania hasta los 19 meses para la evaluación en Francia. El primer año sin tiempos de espera sería en 2030 en Alemania, 2033 en Francia, 2036 en Suecia, 2040 en Italia, 2042 en el Reino Unido y 2044 en España.
En Alemania y Suecia, la principal limitación de infraestructura sería la capacidad de los Hospitales de día para administrar el tratamiento en infusión. En los otros cuatro países, los tiempos de espera causados por la disponibilidad de especialistas y la capacidad de centros para aplicar la infusión retrasarían el tratamiento de un mayor número de pacientes. La capacidad de los especialistas es el principal factor limitante de la tasa en Francia, el Reino Unido y España.
«Cada uno de los países que estudiamos tiene un conjunto único de limitaciones de su sistema médico y abordar esos problemas puede resultar en un desafío», dijo Liu. «De modo que es importante empezar a debatir sobre cómo abordar estos obstáculos ya, para que cada país esté mejor preparado si se produce un gran avance en la enfermedad de Alzheimer».
Los investigadores de RAND indican que se necesitará una combinación de políticas de reembolso, reglamentarias y de planificación de los trabajadores para abordar las limitaciones de cada sistema sanitario. Además, la innovación en el diagnóstico y el acceso al tratamiento ayudarían a garantizar la creación de suficiente capacidad para tratar a pacientes con la enfermedad de Alzheimer en fase inicial.
La investigación fue patrocinada por Biogen, una empresa biotecnológica que está trabajando para desarrollar un tratamiento para la enfermedad de Alzheimer.
El informe «Evaluación de la preparación de la infraestructura del sistema sanitario de seis países europeos para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer» está disponible en www.rand.org. Entre los autores del estudio están Jakub P. Hlávka y Soeren Mattke.
RAND Health es el programa de investigación de políticas sanitarias independiente más grande del país americano, con un amplio portfolio de investigación centrado en los costes y la calidad de la asistencia sanitaria, entre otros temas.
La Corporación RAND es una institución sin fines de lucro que ayuda a mejorar las políticas y la toma de decisiones a través de la investigación y el análisis. Para suscribirse a las alertas por correo electrénico de RAND: http://www.rand.org/newsletters.html
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